OBJETIVOS:



Objetivos de la educación en los ancianos:


  1. Elevar los niveles de autonomía (en relación directa con las capacidades individuales).
  2. Contribuir a la promoción de tareas cotidianas que impliquen desafío sin frustración, que lleven implícito el sentimiento de pertinencia y pertenencia del lugar donde habitan, facilitando la adaptación.
  3. Revalorizar la autonomía y la autoestima, en un sentido amplio desde una percepción multidimensional, directamente ligada al bienestar subjetivo.
  4. Promover la preparación del personal para el trabajo conjunto.
  5. Organizar y crear las condiciones y recursos necesarios para llevar a cabo la propuesta.

Estos objetivos pueden cumplirse gracias al desarrollo de los ámbitos de la educación no formal, que permite que no sean sólamente meras formulaciones teóricas, sino un verdadero trabajo real.

¿Qué os parece?

Un saludo;)

La educación en la Tercer Edad; aportación de varios autores.


En palabras del Dr. Clemente Couso Seoane, la Dra. Maribel Zamora Anglada, la Dra. Caridad Bernardo Fernández y la Dra. Sara Díaz García, cuando hablamos de educación para la tercera edad hablamos de lo siguiente:




En el trabajo educacional con los ancianos
resulta necesario insistir en cuanto a la aceptación y el adecuado enfoque de la
jubilación, considerando que es una etapa delicada, capaz de generar crisis de
graves consecuencias con daños irreversibles en la psiquis del individuo.Es
necesario reorganizar en el momento justo la orientación de las actividades
hacia intereses diferentes a aquellos que conforman la vida
laboral.


Es necesario reorganizar en el momento justo la
orientación de las actividades hacia intereses diferentes a aquellos que conforman la vida laboral.


El empleo del tiempo libre puede llegar a
constituir un conflicto para el anciano jubilado, quien carece de obligaciones
en el plano laboral y no sabe cómo llenar ese vacío.




Es una aportación más al tema de la educación en los ancianos.


Debe hacernos
reflexionar...


Un saludo y espero vuestras opiniones

Educación del adulto mayor; UNA NECESIDAD IMPERIOSA.

Actualmente, debido al desarrollo de la ciencia y la técnica, aumenta la esperanza de vida al nacer y, con ello, el envejecimiento de la población.

Las representaciones que socialmente se tienen de la vejez, así como los cambios físicos y psíquicos que se producen en esta etapa, hacen que el adulto mayor se sienta muchas veces alejado de esa sociedad que un día dirigió y construyó, apareciendo sentimientos de inutilidad y vacío existencial.


Por ello, la educación en el adulto mayor constituye en nuestros días un proceso de gran importancia, ya que con ella puede lograrse un mejor estilo de vida donde existan proyectos, esperanzas, un conocimiento real de sus potencialidades, de sus valores y hasta dónde puede llegar el propio anciano.

La educación permite prepararlo para llevar una vida más saludable tanto a nivel físico como psicológicamente.


A través de ella, el anciano o adulto mayor es capaz de integrarse en su sociedad (de la que se siente apartado).


La educación del adulto mayor la concibo, pues, como un modo de lucha contra las representaciones sociales que priman hoy de la vejez y que tanto los limitan en su día a día; constituyendo así una necesidad de orden social. Por ello, terminaré diciendo que su educación es una educación para aprender a vivir, y para que todos (la familia , la comunidad , el centro de salud , centros educativos) interactúencon ellos en ese proceso.

Un saludo ;)

Sitios Web


Hola a todos mis lectores.


Aquí os dejo varios enlaces Web donde podreis encontrar información sobre los más mayores.


Creo que son sitios de gran interés porque nos informan de todos los ámbitos sociales que influyen en el anciano.


Espero que os gusten:





Un saludo y ya me contarés;)

Reflexiones de una educadora social....

Es imprescindible que la sociedad se responsabilice de la evolución de las necesidades cambiantes de todos sus componentes, así como de educar a sus miembros en el respecto, apoyo e integración de las personas mayores como elementos vivos y participativos de la misma.

La atención de los mayores no es responsabilidad única de los profesionales de las ciencias sanitarias o sociales. Otros profesionales que se ocupan de la investigación y aplicación de nuevas tecnologías pueden aportar sus conocimientos y experiencias para mejorar la calidad del hábitat y la comunicación, colaborando así en una mejora de la calidad de vida.

Una de las mayores preocupaciones que se presentan frente a la vejez es la precariedad económica, quizás instigada por la dudosa evolución de las pensiones. Hay que planificar dicha evolución y estudiar y fomentar otras modalidades de previsión que garanticen la cobertura económica de este grupo de población.

Por último, el gran esfuerzo se debe centrar en la búsqueda y experimentación de atenciones alternativas a la institucionalización con el fin cubrir la demanda de mantenerse en el propio hábitat.

Espero vuestros comentarios;) un saludo.

Propuestas para usted, anciano.



Los ancianos cuentan con una amplia gama de servicios a los que pueden acudir tras su jubilación; sin embargo, éstos suelen quedar renegados o en un segundo plano por las desavenencias de la sociedad, que estereotipa esta etapa por no ser competente en el mercado laboral.
Dentro de esos ámbitos encontramos:



-Universidades del adulto mayor: Tienen un papel fundamental en el proceso de su educación y en la actitud de este hacia la vejez. Buscan crear una cultura del envejecimiento a partir de oportunidades educativas y de auto-desarrollo para la tercera edad y mediante este proceso de educación la concienciación en el ámbito social del valor de esta etapa.



-La Educación Social: Ofrece nuevas y numerosas oportunidades para trabajar con las personas mayores en una sociedad donde todas las informaciones coinciden con el envejecimiento de la población y la prolongación de los años de vida.


Los cambios que se producen en la sociedad afectan a todas las personas y por consiguiente a este colectivo, pero eso no implica que se les considere como una categoría única, con unas mismas formas de ser y de comportarse.
Un saludo a todos.

Objetivos del Educador Social



Prolongar la vida, añadiendo vida a los años y no simplemente años a la vida.


Hacer hincapié en la prevención para evitar la aparición de enfermedades, procurando disminuir las tasas de morbilidad.


Paliar los sufrimientos de los pacientes crónicos o terminales.


Asegurar tratamientos correctos y eficaces para las diferentes enfermedades.

Reducir las repercusiones económicas que comporta la enfermedad tanto de forma individual como colectiva.

Reducir las incapacidades e inadaptaciones.


Facilitar la adaptación del anciano al medio.


Conseguir mejor cobertura sanitaria para todos los individuos de la comunidad.



SE TRATA DE UN TRABAJO DE TODOS.


Un saludo.
No sé qué opinión os merece el periódico El País, pero he aquí una noticia interesante:

En España se hace difícil envejecer con calidad.
10/ 06/ 2.008
Los españoles vivimos más años, vivimos mejor y, además, esta tendencia seguirá creciendo hasta 2031, cuando las mujeres tendrán una esperanza de vida al nacer de 87 años y los hombres, de 80. Pero ¿estamos preparados para afrontar esa longevidad con calidad? Un vistazo a las cifras indica que España gasta mucho menos que sus socios europeos en pensiones, tiene escasas plazas geriátricas y no cuenta con suficientes trabajadores para atender a los mayores dependientes. Pero los mayores, que en 2050 pueden representar el 66% de la población activa, se han convertido ya en todo un nuevo grupo de presión con nuevas necesidades de ocio, más demandas y más gasto. Y España, hoy, no está preparada.
Los países con más longevidad destinan más dinero que España a la vejez. En 2050 habrá 66 mayores por cada 100 personas en edad de trabajar.
Porque una cosa es aumentar años de vida y otra envejecer bien. “Para envejecer bien se necesita confianza en uno mismo y llevar una vida con sentido, es decir, saberse dueños de las decisiones que se toman. Si eso no es así se va produciendo un empobrecimiento”, explica Mercè Pérez Salanova, investigadora del Instituto del Envejecimiento de la Universidad Autónoma de Barcelona. Pone un sencillo ejemplo. Si los contenedores de basura son difíciles de abrir, el anciano dejará la basura en el suelo y se sentirá mal ante las miradas. Entonces, puede que deje de sacar la basura. “Y se irá encerrando en una vida poco activa”. Lo mismo ocurre con la duración del semáforo en verde o las obras que impiden el paso en las calles. (…)
En España hay de media cuatro plazas de residencias geriátricas por cada 100 mayores y más de la mitad son privadas. También los ancianos engordan las cifras del gasto sanitario. De los casi 50.000 millones de euros actuales se calcula que un 80% es atribuible a los ancianos, informa Emilio de Benito. En 2031, cuando se estanque la esperanza de vida, según los cálculos del INE, el gasto sanitario podría elevarse a 207.000 millones de euros y de nuevo se espera que un 80% se destine a los ancianos.
Una vez más cabe hablar de calidad en la asistencia sanitaria. “Los ancianos dependientes también deben aprender a cuidarse. No basta con que se les diga su diagnóstico, sino que se les ayude a comprenderlo, para que el cuerpo no acabe siendo un objeto de los cuidados de los profesionales”, dice la investigadora Pérez Salanova. También hay que ayudar a favorecer redes sociales. “Los mediterráneos pensamos que las relaciones pertenecen a la vida privada, pero debemos favorecer las relaciones. Los ancianos pierden familiares y amistades. Se pierden aquellos con los que compartir”.


Periódico El País

Estadísticas

Al inicio de este nuevo siglo, las estadísticas nos hablan de un continuo crecimiento de la población de las personas de edad avanzada.
Se trata de un proceso de envejecimiento de la población paralelo al descenso progresivo de la natalidad y ésta, a su vez, se ha convertido en el factor básico del envejecimiento demográfico ya que se produce una reducción de la población infantil en la pirámide de población, invirtiendo el sentido de la misma:


Podemos decir que, actualmente, son muchas las personas que traspasan el umbral de los sesenta años iniciando una nueva etapa de su vida que alcanza fácilmente los veinticinco o treinta años de duración. Se puede apreciar cómo este grupo de edad ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años que puede demostrarse con el incremento de las asociaciones de mayores, hogares y clubes, Universidades Populares, etc. debido al alto nivel de demanda de este sector.

Previsiblemente, la sociedad española y el resto de países desarrollados tendrán una población estable con crecimiento negativo, aunque durante algún tiempo el crecimiento de la población continuará siendo positivo, gracias al saldo migratorio y a la contribución de la fecundidad de los inmigrantes1 (Díez Nicolás, 1999a: 784).
Como se ha podido ver, el fenómeno del envejecimiento tiene un carácter estructural en España, por lo que es necesario una reflexión más pormenorizada de los cambios económicos, políticos y sociales que se producirán en la sociedad española en las próximas décadas.


Un saludo.

La vejez y sociedad actual

Para situarnos en el tema, veamos primero qué se entiende por vejez:

“Según OMS, la edad media se extiende de los 45 a los 59 años, la de las personas de edad avanzada de los 60 a los 74 años, la de los ancianos de 75 hasta los 90 años, considerándose como grandes ancianos a las personas de más de 90 años. En las concepciones médicos –sociales actuales se suele hablar de “tercera edad” a partir de los 65 años, edad de la jubilación y de la “cuarta edad” a partir de los 80 años, pero estas cifras tienen un valor muy relativo, ya que todo depende de los procesos de senectud biológica y psicológica”

“Diccionario de Psicología”



Según la ciencia de la Pedagogía, la vejez es:


“Período de la vida en que el hombre se encuentra en regresión fisiológica, social y psicológica. La civilización multiplica y agrava los problemas de la vida porque da origen a una discordancia entre el alargamiento de la vida logrado por la medicina y las posibilidades de una sociedad necesitada de juventud para alcanzar l adecuado rendimiento.”

García Hoz “Diccionario de Pedagogía.”


Ser viejo no es sinónimo, por tanto, de estar enfermo o de estar necesariamente triste, pero con frecuencia se considera normal un descenso en el estado de ánimo de los ancianos.


Cuando un adulto mayor alcanza la edad de la jubilación concurren dos realidades: Por un lado, se sitúa en la etapa de vejez y, por otro, deja de ser productivo para la sociedad. Ambas circunstancias pueden dejar relegados a los ancianos de la sociedad competitiva en la que vivimos.


Para muchas personas, la vejez es un proceso continuo de crecimiento intelectual, emocional y psicológico, que le permite reflexionar o hacer un resumen de lo que se ha vivido hasta el momento; se trataría pues, de un periodo para gozar de los logros personales y contemplar los frutos del trabajo personal.

El envejecimiento como tal, es un proceso que comienza relativamente pronto en la persona, aunque esta realidad no es tenida en cuenta. Requiere una preparación como el resto de etapas vitales: Aceptar que es un ciclo único y exclusivo de uno mismo y que se es responsable de la propia vida para poder sacarle el mejor provecho a esos años, en donde un aspecto crucial es la educación.

Este proceso se torna impreciso, a la vez que dinámico, gradual, natural e inevitable. Las personas se hacen conscientes de él por el reconocimiento de su cuerpo cambiante en el espejo, de la mirada del otro y de la generalizada exclusión de la sociedad por la mala interpretación del proceso productivo.

Dicho proceso, el de la vejez, comienza según muchos autores (Huberman, Levinson, Havighurts, Erikson, Maslow, Medina, entre otros) a los sesenta y cinco años, caracterizándose por un declive gradual en el funcionamiento del organismo, debido, normalmente, al envejecimiento natural de las células del cuerpo. Sin embargo, este declive físico no incide en el resto de capacidades: Físicas, mentales, cognitivas o psíquicas.

La persona que envejece va perdiendo interés vital por los objetos y actividades que le procuran una interacción social, produciéndose una apatía emocional sobre los demás y, al mismo tiempo, dicha persona se encierra en sus propios problemas.

Esta situación de desvinculación obedece, en gran medida, a las actitudes adoptadas por el entorno y que conllevan al aislamiento progresivo del anciano.
Por ello, podemos decir que, como parte del imaginario social y colectivo, circulan una serie de ideas erróneas acerca del envejecimiento, actuando como mitos y prejuicios que perjudican el “buen envejecimiento” y la adecuada inserción del adulto mayor a su medio.

Estos prejuicios, o ideas negativas sobre dicho proceso, son producto del tipo de sociedad en la que estamos inmersos, donde la productividad y el consumo son los grandes avances tecnológicos y la importancia de los recursos están supeditados a los jóvenes y a los adultos que pertenecen a la vida productiva.


Probablemente y de forma equivocada la sociedad valora todo aquello que le resulta productivo; por ende, las personas mayores, al “no aportar nada” ya que no trabajan, representan una carga (literalmente) para la sociedad; en consecuencia y, exceptuando ciertos sectores, se construye una valoración negativa, desgraciada y poco respetuosa sobre nuestros mayores.

Lo que ahora se valora es la juventud, la belleza, el hedonismo. Nuestra situación actual excluye a los viejos por la edad y su aspecto físico, provocándoles malestar y complicaciones, falta de ilusión, de alegría y ánimo.
Se les “arrincona”, es decir, se les jubila y abandona a su suerte perdiendo, en principio, su poder adquisitivo y, en muchos de los casos, hasta su dignidad, deteriorándose así su calidad de vida.

Podemos señalar que la jubilación actúa como barrera: Deja fuera de un círculo imaginario a todos aquellos que han cumplido sesenta o sesenta y cinco años y son más “pasivos” obligándoles a replegarse sobre sí mismos en un reposo forzoso. Es decir, la jubilación es sinónimo de “no productivo” de falta de actividad.

Muchas veces ésta es apreciada como signo de vacío, en el que se deja atrás una etapa productiva que abarca la mayor parte del ciclo vital. Por ello, los jubilados hacen frente a esta nueva situación de diferentes formas: Por un lado, pueden aprender a disfrutar del aumento de su tiempo libre realizando actividades que le sirvan como crecimiento personal o de simple entretenimiento o, por otro lado, angustiarse y estresarse debido a que la persona no se siente preparada y siente que ha perdido su poder adquisitivo y, con él, su autoestima.

Así, resulta evidente que las personas a lo largo de sus vidas, según sus tendencias e intereses, amplíen su círculo de actividades, de manera que al llegar a la vejez, puedan ocupar su tiempo de ocio de manera plena. Es por ello, que la visión positiva de la jubilación implica realizar actividades que, por falta de tiempo, no se pudieron realizar antes: Éstas, ya sean intelectuales, culturales o físicas, retrasan el deterioro mental y anímico que ocurre en el proceso fisiológico del envejecimiento.


El miedo a la vejez tiene que ver con la idea instalada en el imaginario social de “declinación de todas las funciones (física y mentales) y la temible falta de autonomía que lleva implícita la dependencia”.

Sin embargo, estos fantasmas que giran en torno al envejecimiento están basados en los prejuicios imperantes de nuestra sociedad y, en muchas ocasiones, no nos dejan vislumbrar a nuestros mayores como lo que son: El compendio de la memoria de la experiencia y, por tanto, de sabiduría; personas que infundan respeto y afecto por su transmisión de saberes que requieren ser escuchados porque son esas pequeñas cosas las que conforman el devenir de la sociedad.
Un saludo.

Mi introducción al blog.

En esta primera entrada quiero saludar a todos mis lectores y situarles en este nuevo blog que he creado.


No ha sido una inquietud mía, ya que nunca he sentido curiosidad por estos espacios, pero estoy estudiando Educación Social y en una de las asignaturas se nos pedía la creación de una WebQuest o un Blog. Desde ese momento supe que iba a elegir la segunda opción y que su temática sería sobre la vejez, hacia la que me estoy especializando sin habérmelo propuesto, aunque he de reconocer abiertamente que estoy encantada.


Por eso, quiero hacer de este blog un lugar con el que poder acercar a cualquier lector a la etapa del adulto mayor.


Para situarnos en el tema, comenzaré a dar mi propio punto de vista:

La vejez constituye esa etapa de la vida excluida e ignorada por la sociedad occidental en la que vivimos ya que no "cumple" los "requisitos" o exigencias de la misma, y me explico; nuestros mayores no son productivos al estar jubilados y dejan de ser atractivos para el sistema, por lo que se convierten en innecesarios a ojos de la mayor parte de las personas haciendo que se les excluya y no se piense en ellos como se piensa por ejemplo, en los jóvenes de hoy en día.


Esto, junto con el aumento de personas mayores y el envejecimiento de la población hace que aparezcan nuevas situaciones de necesidad y ámbitos de actuación social.


Seamos justos y parémonos a escucharles. Por ello, este blog.


Espero que os guste y que os sirva para descubrir una realidad que no se ve a simple vista.


Un saludo.